Líquidos de cobertura de las conservas: principales diferencias

Las conservas tienen una larga vida útil. Sin embargo, se aconseja almacenarlas en lugares frescos y secos en líquidos de cobertura de las conservas, donde no estén expuestas a la luz natural, para que se mantengan durante más tiempo en óptimas condiciones de consumo. Precisamente su durabilidad es, junto con lo fácil y sencillo que resulta disfrutarlas, una de sus principales ventajas. Pero, ¿alguna vez te has planteado en qué medida influye el líquido de cobertura que acompaña a las conservas? Este líquido repercute hasta en el ciclo de vida, ya que en el aceite las fechas de consumo preferente pasan a 6 años en vez de 4 años como son al natural o en tomate. Además, el líquido de cobertura otorga unas determinadas cualidades organolépticas al producto enlatado.

Los diferentes líquidos de cobertura de las conservas

En nuestro caso, las conservas USISA presentan distintas formas de consumo: al natural, con tomate o con aceite de oliva o girasol. A continuación te exponemos las diferencias que existen según cada líquido de cobertura: – Al natural (agua y sal): Las conservas al natural no incluyen ningún añadido que altere su sabor, sino que supone la alternativa más indicada si lo que se quiere es disfrutar del sabor del producto sin interferencias. Uno de los usos más frecuentes de las conservas al natural es emplearlas en recetas donde no queremos que el sabor del líquido de cobertura influya en el resultado final del plato. – Aceite de oliva: Tiende a ser considerado el mejor acompañamiento para las conservas dado los innumerables beneficios que se le atesoran al oro líquido. Su alto contenido en grasas monoinsaturadas, del tipo ácido oleico, gran aliado de la salud del sistema circulatorio. – Aceite de oliva virgen extra (AVOE): Se obtienen a través de la extracción mecánica y sin usar refinado. El virgen extra no sobrepasa los 0.8º de acidez, por lo tanto es el aceite de máxima calidad. Su intenso olor y sabor hace que predomine el sabor a aceite dejando el del pescado en segundo plano. Es por lo que en conservas de pescado este tipo de aceite no tiene mucho mercado ya que camufla mucho el sabor del pescado. – Aceite de girasol: Las conservas que van rociadas con aceite de girasol se benefician del mayor contenido en grasas poliinsaturadas que contiene, así como de su sabor más suave. Esto le permite ser una de las coberturas más demandadas por el usuario final. Este aceite no condensa en el frigorífico, como pasa con el de oliva, por lo que para formatos de latas grandes este tipo de aceite es el más demandado. – Con tomate: Las conservas en tomate adquieren una personalidad propia gracias a tan especial compañero. De esta unión sale un producto final saludable y de potente sabor que goza de un público fiel en cuanto a su demanda en el mercado. En USISA tan solo confiamos en productores de tomate de garantía para ofrecer un producto final de calidad. No podemos olvidar detenernos en una cuestión que se plantean muchas personas y es si debemos aprovechar el líquido de cobertura de las conservas o desecharlo. Lo primero que hay que tener en cuenta es que su ingesta no es perjudicial para la salud. Basta ya de mitos sin sentido en materia nutricional. Aquí lo determinante son las preferencias individuales de cada consumidor y sus gustos. Es decir, si te agrada el sabor que aportan a tus platos no dejes de consumirlo, ya que para nada conlleva ningún riesgo. Una vez que ya sabes todo lo necesario sobre los diferentes tipos de líquidos de cobertura de las conservas, la decisión ya está en tu mano y, sobre todo, en tu paladar. Cada uno tiene sus propios gustos personales y en USISA tratamos de adaptarnos a todos.]]>

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